El proyecto Iván ( y 3)
El resto de la historia es fácil de imaginar. Se trataba de crear el caldo de cultivo social suficiente y necesario para propiciar que la gente viera OVNIs. Esto hoy en día sería realmente difícil, pero a finales de los años setenta no lo era en absoluto, como demostramos.
La comarca en la que trabajábamos era ideal a este respecto: ni demasiado grande ni demasiado pequeña. En el entorno costero desde Fuenterrabía hasta San Sebastián, comprendiendo las poblaciones de Fuenterrabía, Irún, Oiartzun, Rentería, Lezo, Pasajes y San Sebastián viven unas trescientas mil personas. Algo más de la mitad se concentran en la capital. Los medios de comunicación tenían una componente local muy fuerte ( y la siguen teniendo), de manera que actuarían de amplificadores de cualquier noticia relacionada con los OVNIs en la comarca.
Por otro lado, la efervescencia del fenómeno OVNI era enorme y credulidad de la gente no tenía límites. El proyecto constaría necesariamente de tres fases:
PRIMERA FASE: CREACION DEL AMBIENTE PROPICIO
No fue difícil. Bastó una campaña de noticias en radio y prensa sobre avistamientos OVNI en la comarca. Los avistamientos de esta fase era obviamente inventos. Las noticias se realimentaban a sí mismas, los periódicos estában ávidos de publicar cualquier cosa relativa a fenómenos en los que los extraterrestres estuvieran involucrados. Pudimos comprobar que para que una noticia de tal calibre saliera en prensa no tenía que pasar ningún filtro previo de credibilidad, ya que no tuvimos problema alguno en que saliera publicado todo lo que nos propusimos.
En pocos días era patente que la gente se había enterado del asunto. Era tema habitual de conversación tanto en la peluquería como en el bar, en el trabajo o en la calle.
Como recuerda Juan Antonio Puerta, uno de mis compañeros en el proyecto:
los días 23, 24 y 27 de diciembre los miembros del C.E.P. se afanaron en colar los primeros avistamientos falsos en el periódico El diario vasco y la emisora La voz de Guipúzcoa. Los casos OVNI, consistentes en pintorescas apariciones de enormes objetos discoidales multicolor y sobrecogedores resplandores, estaban aderezados con nombres y apellidos, muchos de ellos deliberadamente inventados.
Fue el mismo día 27 cuando salieron a la luz pública los primeros casos OVNI, en los cuales nada tuvieron que ver los promotores del experimento. Como era de esperar, el Proyecto Iván comenzaba a dar sus frutos.
La emisora La voz de España difundió una noticia que resumía de forma pormenorizada el caso protagonizado por cinco niños de entre 10 y 15 años. Estos afirmaban haber divisado en el Alto Errondo de San Sebastián diversas luces rojas y blanquecinas. Sin embargo, las pesquisas de los miembros del C.E.P. concluyeron que se trataba de un avión.
A partir de entonces el seguir inventando casos se volvió innecesario. Diversos testimonios auténticos se fueron produciendo espontáneamente, cumpliendo así la hipótesis del C.E.P.
SEGUNDA FASE: UN AVISTAMIENTO REAL
Esta fase se diseñó para potenciar la primera, pero en realidad no hubiera hecho falta, dado que el tema prendió perfectamente en la población. Se trataba de ofrecer el espectáculo en directo de un avistamiento. Para ello nada mejor que la víspera de Reyes, el día 5 de diciembre de 1.979. Había luna nueva (es decir, no había luna), el tiempo estaba despejado y no era posible distinguir las siluetas de los montes cercanos: las Peñas de Aya y el monte San Marcial. Además, en Irún se concentraba en la Plaza de San Juan una multitud con ocasión de la llegada de los Reyes Magos al ayuntamiento, desde donde se podía observar las peñas de Aya perfectamente.
Un montaje relativamente sencillo en las faldas de dicho monte a base de luces conectadas a la batería de un vehículo y unos flashes sincronizados fueron suficientes para que un par de ganchos en la plaza de San Juan hicieran su labor y todo el mundo pudiera observar aquel OVNI.
He comentado que esta fase era una potenciación de la primera fase, pero era algo más: sirvió para comprobar hasta qué punto los testimonios de los testigos son fiables. Recogida la información de los testigos, cada uno vió una cosa diferente. Incluso muchos de ellos vieron al objeto desplazarse por el cielo desde el monte San Marcial hasta las peñas de Aya. Formas, tamaños y colores diferentes...cada uno vió su OVNI. El periódico vespertino LA UNIDAD publicó que el objeto sobrevolaba en torno al monte San Marcial, cuando el montaje fue en las Peñas de Aya.
TERCERA FASE: TOMA DE DATOS Y ANALISIS
A partir del día del montaje, cinco de enero de 1.979 no hubo falsificación alguna y la gente siguió viendo OVNIs. Hubo un proceso de agotamiento del fenómeno y en quince días todo volvió a la normalidad. Habíamos conseguido crear una oleada. El número de personas que vió algún OVNI en el que nosotros no estábamos involucrados fue muy grande. Los datos fueron publicados en la revista STENDEK, número 39, en 1.980.
Los estudios de Félix Ares y David G. López en torno a la oleada de 1968-1969, que dejaban claro a partir de los datos y de su estudio a posteriori que las oleadas OVNI eran inducidas por acontecimientos sociales, y que no tenían por lo tanto componente intrínseca al fenómeno, recibían ahora el espaldarazo de un experimento diseñado ad hoc para demostrarlo experimentalmente.
Debemos aceptar que el proyecto tuvo un aspecto realmente cuestionable: el engaño a periodistas y a la población. Sin embargo el engaño fue breve, y los datos recogidos no podrían haberlo sido de otra manera. En todo caso, personalmente opino como Félix Ares: ahora no lo haríamos pero lo hicimos.
A nivel personal mi interés por el fenómeno OVNI desapareció al concluir el proyecto Iván. Ya tenía la respuesta que quería en cuanto a la realidad del fenómeno. Este fenómeno adolecía de la misma enfermedad que todos los temas paranormales: sus características intrínsecas se esfumaban en cuanto se observaba con espíritu crítico. No quedando pautas propias del fenómeno, todo se diluía en aspectos muy terrestres, aunque no por ello menos apasionantes. Efectivamente seguían existiendo preguntas muy interesantes en torno a los OVNI.
Una de ellas es cómo y porqué se gestó el mito. De qué fuentes se alimentó, cómo creció y llegó a tener la importancia que tuvo. Otros respondieron a esta pregunta.
Pero esa es otra historia. Historia que ya ha sido contada en un libro excepcional titulado Para entender a los extraterrestres , en el que Wiktor Stoczkowski explica estos aspectos del fenomeno. Acento Editorial. Madrid, 2001.
Feliz fin de semana a mis lectores.
La comarca en la que trabajábamos era ideal a este respecto: ni demasiado grande ni demasiado pequeña. En el entorno costero desde Fuenterrabía hasta San Sebastián, comprendiendo las poblaciones de Fuenterrabía, Irún, Oiartzun, Rentería, Lezo, Pasajes y San Sebastián viven unas trescientas mil personas. Algo más de la mitad se concentran en la capital. Los medios de comunicación tenían una componente local muy fuerte ( y la siguen teniendo), de manera que actuarían de amplificadores de cualquier noticia relacionada con los OVNIs en la comarca.
Por otro lado, la efervescencia del fenómeno OVNI era enorme y credulidad de la gente no tenía límites. El proyecto constaría necesariamente de tres fases:
PRIMERA FASE: CREACION DEL AMBIENTE PROPICIO
No fue difícil. Bastó una campaña de noticias en radio y prensa sobre avistamientos OVNI en la comarca. Los avistamientos de esta fase era obviamente inventos. Las noticias se realimentaban a sí mismas, los periódicos estában ávidos de publicar cualquier cosa relativa a fenómenos en los que los extraterrestres estuvieran involucrados. Pudimos comprobar que para que una noticia de tal calibre saliera en prensa no tenía que pasar ningún filtro previo de credibilidad, ya que no tuvimos problema alguno en que saliera publicado todo lo que nos propusimos.
En pocos días era patente que la gente se había enterado del asunto. Era tema habitual de conversación tanto en la peluquería como en el bar, en el trabajo o en la calle.
Como recuerda Juan Antonio Puerta, uno de mis compañeros en el proyecto:
los días 23, 24 y 27 de diciembre los miembros del C.E.P. se afanaron en colar los primeros avistamientos falsos en el periódico El diario vasco y la emisora La voz de Guipúzcoa. Los casos OVNI, consistentes en pintorescas apariciones de enormes objetos discoidales multicolor y sobrecogedores resplandores, estaban aderezados con nombres y apellidos, muchos de ellos deliberadamente inventados.
Fue el mismo día 27 cuando salieron a la luz pública los primeros casos OVNI, en los cuales nada tuvieron que ver los promotores del experimento. Como era de esperar, el Proyecto Iván comenzaba a dar sus frutos.
La emisora La voz de España difundió una noticia que resumía de forma pormenorizada el caso protagonizado por cinco niños de entre 10 y 15 años. Estos afirmaban haber divisado en el Alto Errondo de San Sebastián diversas luces rojas y blanquecinas. Sin embargo, las pesquisas de los miembros del C.E.P. concluyeron que se trataba de un avión.
A partir de entonces el seguir inventando casos se volvió innecesario. Diversos testimonios auténticos se fueron produciendo espontáneamente, cumpliendo así la hipótesis del C.E.P.
SEGUNDA FASE: UN AVISTAMIENTO REAL
Esta fase se diseñó para potenciar la primera, pero en realidad no hubiera hecho falta, dado que el tema prendió perfectamente en la población. Se trataba de ofrecer el espectáculo en directo de un avistamiento. Para ello nada mejor que la víspera de Reyes, el día 5 de diciembre de 1.979. Había luna nueva (es decir, no había luna), el tiempo estaba despejado y no era posible distinguir las siluetas de los montes cercanos: las Peñas de Aya y el monte San Marcial. Además, en Irún se concentraba en la Plaza de San Juan una multitud con ocasión de la llegada de los Reyes Magos al ayuntamiento, desde donde se podía observar las peñas de Aya perfectamente.
Un montaje relativamente sencillo en las faldas de dicho monte a base de luces conectadas a la batería de un vehículo y unos flashes sincronizados fueron suficientes para que un par de ganchos en la plaza de San Juan hicieran su labor y todo el mundo pudiera observar aquel OVNI.
He comentado que esta fase era una potenciación de la primera fase, pero era algo más: sirvió para comprobar hasta qué punto los testimonios de los testigos son fiables. Recogida la información de los testigos, cada uno vió una cosa diferente. Incluso muchos de ellos vieron al objeto desplazarse por el cielo desde el monte San Marcial hasta las peñas de Aya. Formas, tamaños y colores diferentes...cada uno vió su OVNI. El periódico vespertino LA UNIDAD publicó que el objeto sobrevolaba en torno al monte San Marcial, cuando el montaje fue en las Peñas de Aya.
TERCERA FASE: TOMA DE DATOS Y ANALISIS
A partir del día del montaje, cinco de enero de 1.979 no hubo falsificación alguna y la gente siguió viendo OVNIs. Hubo un proceso de agotamiento del fenómeno y en quince días todo volvió a la normalidad. Habíamos conseguido crear una oleada. El número de personas que vió algún OVNI en el que nosotros no estábamos involucrados fue muy grande. Los datos fueron publicados en la revista STENDEK, número 39, en 1.980.
Los estudios de Félix Ares y David G. López en torno a la oleada de 1968-1969, que dejaban claro a partir de los datos y de su estudio a posteriori que las oleadas OVNI eran inducidas por acontecimientos sociales, y que no tenían por lo tanto componente intrínseca al fenómeno, recibían ahora el espaldarazo de un experimento diseñado ad hoc para demostrarlo experimentalmente.
Debemos aceptar que el proyecto tuvo un aspecto realmente cuestionable: el engaño a periodistas y a la población. Sin embargo el engaño fue breve, y los datos recogidos no podrían haberlo sido de otra manera. En todo caso, personalmente opino como Félix Ares: ahora no lo haríamos pero lo hicimos.
A nivel personal mi interés por el fenómeno OVNI desapareció al concluir el proyecto Iván. Ya tenía la respuesta que quería en cuanto a la realidad del fenómeno. Este fenómeno adolecía de la misma enfermedad que todos los temas paranormales: sus características intrínsecas se esfumaban en cuanto se observaba con espíritu crítico. No quedando pautas propias del fenómeno, todo se diluía en aspectos muy terrestres, aunque no por ello menos apasionantes. Efectivamente seguían existiendo preguntas muy interesantes en torno a los OVNI.
Una de ellas es cómo y porqué se gestó el mito. De qué fuentes se alimentó, cómo creció y llegó a tener la importancia que tuvo. Otros respondieron a esta pregunta.
Pero esa es otra historia. Historia que ya ha sido contada en un libro excepcional titulado Para entender a los extraterrestres , en el que Wiktor Stoczkowski explica estos aspectos del fenomeno. Acento Editorial. Madrid, 2001.
Feliz fin de semana a mis lectores.