El muchacho que tenía una teoría
Me van a permitir una reflexión sobre una vivencia del reciente congreso sobre el annus mirabilis einsteniano, del que hemos dado cumplida información en los posts anteriores.
El primer día, nada más recoger la información, me senté en un sillón del hall para repasar el programa, mientras a mi lado dos chicos de unos dieciseis años hacían exactamente lo mismo que yo. La última actividad del primer día era un cóctel de bienvenida.
-Eso, eso, el cóctel- le dijo uno de ellos a su compañero- allí podremos encontrar a quién contar mi teoría.
Hostias!, pensé: uno que tiene una teoría.
El caso es que la pareja de amigos no se perdieron una charla, y se convirtieron en parte habitual del paisaje congresístico...hasta que en El diario Vasco salió el muchacho en la crónica diaria que dicho periódico dedicaba al evento.
Cada día los reporteros escogían a varios congresistas y les hacían una breve entrevista sobre sus impresiones en el congreso; ya saben, esas cosas que hacen los periódicos y que sirven para adornar la crónica.
El caso es que al chaval le faltó tiempo para contar que él también tenía una teoría, y al día siguiente era poco menos que una pequeña celebridad en un congreso en el que había seis premios Nobel.
No pude resistirme, y me acerqué para charlar con él. Comencé por darle la enhorabuena de corazón: era un placer ver a dos chavales de dieciseis años fieles al horario del congreso, sin perderse una charla. Como era inevitable, en breve el tema de conversación pasó a su teoría.
Hacía todavía poco que había tenido un encontronazo en otro ambiente con alguien que también tenía una teoría. En realidad aquel tenía varias, una mejoraba la Teoría de la relatividad y otra enmendaba la plana a Darwin.
Una de las cosas que he aprendido de los que quieren suponer un cambio de paradigma en la ciencia desde su autodidactismo es que no sirve de nada discutir con ellos. Para empezar, porque el entendimiento es imposible: manejan un vocabulario propio fruto del autismo que supone elucubrar alejado de la producción científica de los que realmente hacen ciencia.
Este caso era diferente. Para empezar era diferente por la juventud de los muchachos. No estaban maleados, es evidente que eran inteligentes, y se notaba que sentían un verdadero amor por la ciencia.
Pero cuando comenzó a hablarme de su teoría, volvieron las imágenes de mis anteriores discusiones: no era posible entender nada. Supongo que la cosa se trataba de superar la velocidad de la luz, porque se refería el chaval una y otra vez a "la barrera".
Me confirmó que la víspera había conseguido hablar con el profesor Echenique, organizador del congreso y director del Donosti International Physics Center , y éste le había dicho que le mandara su teoría por email.
Le escuché, y al final le comenté el tema de la nomenclatura: es importante llamar a las mismas cosas por el mismo nombre; le dije que lo tuviera en cuenta a la hora de escribirle al profesor Echenique.
Además de inteligente era muy amable, así que me agradeció el consejo.
En cuanto dejaron de hablar conmigo los abordó una señora muy simpática con profundo aspecto de ser profesor de física, que les preguntó con enorme cariño sobre la entrevista en el periódico de la víspera, y les dijo que era un placer ver gente tan jóven en el congreso. Se habían convertido en conocidos de todo el mundo.
Los ví marchar, y dos pensamientos luchaban en mi cabeza:
El primero era que cuanto antes se diera la torta con su teoría, mucho mejor para él. Si dentro de diez años seguía creyendo "tener una teoría", mala cosa.
El segundo era que si ese chaval fuera hijo mío, yo hubiera estado muy orgulloso de él.
El primer día, nada más recoger la información, me senté en un sillón del hall para repasar el programa, mientras a mi lado dos chicos de unos dieciseis años hacían exactamente lo mismo que yo. La última actividad del primer día era un cóctel de bienvenida.
-Eso, eso, el cóctel- le dijo uno de ellos a su compañero- allí podremos encontrar a quién contar mi teoría.
Hostias!, pensé: uno que tiene una teoría.
El caso es que la pareja de amigos no se perdieron una charla, y se convirtieron en parte habitual del paisaje congresístico...hasta que en El diario Vasco salió el muchacho en la crónica diaria que dicho periódico dedicaba al evento.
Cada día los reporteros escogían a varios congresistas y les hacían una breve entrevista sobre sus impresiones en el congreso; ya saben, esas cosas que hacen los periódicos y que sirven para adornar la crónica.
El caso es que al chaval le faltó tiempo para contar que él también tenía una teoría, y al día siguiente era poco menos que una pequeña celebridad en un congreso en el que había seis premios Nobel.
No pude resistirme, y me acerqué para charlar con él. Comencé por darle la enhorabuena de corazón: era un placer ver a dos chavales de dieciseis años fieles al horario del congreso, sin perderse una charla. Como era inevitable, en breve el tema de conversación pasó a su teoría.
Hacía todavía poco que había tenido un encontronazo en otro ambiente con alguien que también tenía una teoría. En realidad aquel tenía varias, una mejoraba la Teoría de la relatividad y otra enmendaba la plana a Darwin.
Una de las cosas que he aprendido de los que quieren suponer un cambio de paradigma en la ciencia desde su autodidactismo es que no sirve de nada discutir con ellos. Para empezar, porque el entendimiento es imposible: manejan un vocabulario propio fruto del autismo que supone elucubrar alejado de la producción científica de los que realmente hacen ciencia.
Este caso era diferente. Para empezar era diferente por la juventud de los muchachos. No estaban maleados, es evidente que eran inteligentes, y se notaba que sentían un verdadero amor por la ciencia.
Pero cuando comenzó a hablarme de su teoría, volvieron las imágenes de mis anteriores discusiones: no era posible entender nada. Supongo que la cosa se trataba de superar la velocidad de la luz, porque se refería el chaval una y otra vez a "la barrera".
Me confirmó que la víspera había conseguido hablar con el profesor Echenique, organizador del congreso y director del Donosti International Physics Center , y éste le había dicho que le mandara su teoría por email.
Le escuché, y al final le comenté el tema de la nomenclatura: es importante llamar a las mismas cosas por el mismo nombre; le dije que lo tuviera en cuenta a la hora de escribirle al profesor Echenique.
Además de inteligente era muy amable, así que me agradeció el consejo.
En cuanto dejaron de hablar conmigo los abordó una señora muy simpática con profundo aspecto de ser profesor de física, que les preguntó con enorme cariño sobre la entrevista en el periódico de la víspera, y les dijo que era un placer ver gente tan jóven en el congreso. Se habían convertido en conocidos de todo el mundo.
Los ví marchar, y dos pensamientos luchaban en mi cabeza:
El primero era que cuanto antes se diera la torta con su teoría, mucho mejor para él. Si dentro de diez años seguía creyendo "tener una teoría", mala cosa.
El segundo era que si ese chaval fuera hijo mío, yo hubiera estado muy orgulloso de él.
29 comentarios
YULI -
Adrian -
Un chico resolvió un problema matemático del siglo XIX
Un chico de 16 años ganó una importante competencia de escuela secundaria con su enfoque de un antiguo problema matemático formulado por el francés Lejeune Dirichlet, que ayudaría al diseño de alas de avión. Michael Viscardi, alumno de último año de secundaria de San Diego, California, logró una beca de 100.000 dólares para estudios universitarios al ganar la Competencia Siemens Westinghouse de Matemática, Ciencia y Tecnología. Viscardi abordó un problema de matemática del siglo XIX y su método novedoso para resolverlo tendría aplicaciones en ingeniería y física. (AP)
Adrian -
http://www.lacapital.com.ar/2005/12/06/general/noticia_252190.shtml
Remo -
Tio Petros -
Para el resto de lectores:
El "tio Johnny" es amigo personal mío; y doy fe de su absoluto compromiso con el conocimiento y el estudio. Todo mi respeto y cariño, tío Johnny. Tus visitas y comentarios, siempre menos habituales de lo que uno quisiera ennoblecen este sitio.
tio Johnny -
No es una situación agradable ni jocosa máxime cuando la locura te hace acariciar el sueño de toda persona comprometida con el saber de alcanzar una especial cota en el mismo.
samu -
Daniel Tubau -
Daniel Tubau -
Tio Petros -
Mauricio -
agradeceria mucho su ayuda
Anónimo -
CarloS -
EKI -
a- que despuésde 10 años siga intentando colar su teoría.
b- que su teoría sea cierta y en 10 años se haya convertido en un petulante científico que sacó una teoría con 16 años y que no es capaz de evolucionar por estar demasiado cerrado en esa teoría.
Assarhaddón -
Josaphat -
Se construye el colisionador de Hadrones que podría poner de manifiesto si la teoría de cuerdas puede o no tener fundamento, mucho me temo que el chaval tendrá que hacer cola.
Josaphat -
Se construye el colisionador de Hadrones que podría poner de manifiesto si la teoría de cuerdas puede o no tener fundamento, mucho me temo que el chaval tendrá que hacer cola.
Pero, Tío Petros, he tenido discusiones (en Terra o por ahí) con personas que pretendían corregir la relatividad y aseguraban que el tiempo de los relojes iba más lento porque al contraerse los por efecto relativista la aguja recorría menos espacio (lo juro)y por eso surgía la falsedad de que el tiempo transcurría diferente, pero que nones, que el tiempo era siempre el mismo. Daba igual que les hablaras de relojes electrónicos en aviones o en la Mir o de vida media de mesones pi...
No te imaginas lo que he llegado a ver por parte de tanto genio suelto.
Apostaría contra el chaval.
Josaphat -
Se construye el colisionador de Hadrones que podría poner de manifiesto si la teoría de cuerdas puede o no tener fundamento, mucho me temo que el chaval tendrá que hacer cola.
Pero, Tío Petros, he tenido discusiones (en Terra o por ahí) con personas que pretendían corregir la relatividad y aseguraban que el tiempo de los relojes iba más lento porque al contraerse los relojes por efecto relativista la aguja recorría menos espacio (lo juro)y por eso surgía la falsedad de que el tiempo transcurría diferente, pero que nones, que el tiempo era siempre el mismo. Daba igual que les hablaras de relojes electrónicos en aviones o en la Mir o de vida media de mesones pi...
Otros que aseguraban que la velocidad de la luz no podía ser una constante universal o que los ciegos elegirían el sonido como máxima velocidad posible...
No te imaginas lo que he llegado a ver por parte de tanto genio suelto.
Apostaría contra el chaval.
CarloS -
samu -
Y seguramente si la teoria era falsa caera al tratar de demostrarla.
Por lo menos en matematicas es asi de 'sencillo'
CarloS -
TioPetros -
m. -
A lo ontopic, me parece que el único problema de ser autodidacta es no poder formular la propia teoría en el mismo lenguaje que el resto de la comunidad y así aludir a entidades regulares que permitan la intersubjetividad. Sin ello no hay ciencia.
Por el resto a priori no se puede adelantar ninguna evaluación sobre "su teoría".
Tal vez en el paso de formularla intersubjetivamente encuentre que es una pavada o tal vez no. Tal vez sea una pavada pero en el curso de formularla encuentre otra cosa. ¿Cómo saberlo de antemano?
Aún por su actitud de quererla "colocar", le ha pasado a varios grandes nombres cuando al grueso de la comunidad no le interesaba evaluar sus teorías. Las batallas de Boltzmann por ejemplo ?
TioPetros -
Son los 16 años los que hacen que el asunto sea bueno, incluso buenísimo.
Jorge Alonso -
Yabu -
Lo que quiero decir con todo esto es que no creo que sea malo que un chaval de dieciseis años tenga una teoria que seguramente no este influenciada por el conocimiento actual como podria estar la de un cientifico hecho y derecho. Y que quiza tampoco seria mala idea el que alguien con idea les escuchase. Las probabilidades de encontrar algo bueno son muy reducidas, pero quiza encontrase algun concepto interesante nuevo y digno de ser explorado.
omalaled -
Por otro lado, creo que lo mejor de esos chavales es que pensaban. Eso es, en mi opinión, lo más importante.
Anabel -
Tener una teoría propia en sí no tiene ningún valor. Todo depende del valor de la teoría, y en la mayor parte de los casos, una teoría física, matemática o biológica que provenga de un autodidacta no profesional es eso: una elucubración autista sin valor alguno.
Ejemplos los tenemos todos, desde gente que ha querido demostrar que la evolución sigue unos caminos que sólo él ha sabido ver, hasta matemáticos aficionados que han descubierto la cuadratura del círculo o aprendices de físicos que encuentran la máquina del movimiento continuo. No es mejor tener una teoría que recrear teorías de otros: lo mejor es invertir el tiempo en aprender.
samu -
Aunq eso si, el chico tendria que adaptar sus ideas a un 'idioma' que el resto de la comunidad pueda entender.