La importancia de los modelos.
En el post ¿Qué es una teoría? un lector (Ctugha), cuya estupenda bitácora podeis ver aquí me plantea la importancia de los modelos en las teorías: "me parece importante incluir el concepto de modelo para formar el triunvirato de: teorias - modelos - hechos". Efectivamente, así es, y tenía pensado hablar de ello para contraponer la tarea científica genuina con las actividades paracientíficas, que son una corrupción de la idea original. Lo que sigue es un artículo mío que Marcos Taracido tuvo a bien publicar hace muy poco en su excelente página.
LAS PARACIENCIAS COMO PERVERSION METODOLOGICA
Hay veces que uno se encuentra con un artículo, una explicación o un documento paranormal, y capta al vuelo lo falaz de su contenido. Puede ser que el tema tratado no pertenezca a nuestra esfera de conocimiento, pero "sabemos" que nos están contando un cuento. Evidentemente, si el artículo está publicado en Año Cero o Más Allá, la cuestión no tiene mucho mérito, pero muchas veces lo encontramos en nuestro diario, o incluso en una revista de divulgación científica. Las paraciencias son ubicuas, como bien sabemos.
A la gente de la calle le resulta a veces muy difícil detectar la falta de rigor científico en ciertas aseveraciones, y ciertamente la culpa no es suya. Es una de las asignaturas pendientes de los medios de divulgación, asignatura que suspenden repetidamente, dado el nivel de irracionalidad imperante en nuestra sociedad.
¿Porqué es esto así? ¿Porqué es tan difícil defender la razón y tan fácil propagar la superstición? Básicamente la respuesta la sabemos todos: quienes hablan de ciencia y racionalidad no suelen hacer trampas y los otros sí. Ha sido perfectamente explicado en muchas ocasiones, y no es cuestión de insistir en este aspecto.
En lo que sigue intentaré describir es otra de las características paranormales, a nivel algo más escondido: la metodología corrupta que utiliza. Corrupta por tomar el método científico y volverlo del revés para su propio beneficio.
Explicar cuestiones científicas al público en general no es sencillo. Además, la ciencia es difícil, y la paraciencia fácil. Pero explicar cómo funciona la ciencia es bastante más sencillo que explicar ciencia pura y dura, y éste es un conocimiento muy provechoso de poseer. Explicar qué marcas, qué estructura profunda subsiste en el fondo de los argumentos paranormales en contraposición a los que existen en el genuino quehacer científico nos puede servir para ayudar a otros a detectar a tiempo las falacias y las mentiras de la sinrazón paranormal.
No existe un "método paracientífico" para contraponer al científico, pero existen unas pautas que se repiten en los documentos paranormales una y otra vez, cuestiones de estilo aparte.
En un primer e ingenuo vistazo, tanto la ciencia como la paraciencia intentan explicar la realidad. La realidad externa es suficientemente compleja como para dejarnos anonadados. Somos testigos de multitud de fenómenos y procesos que ocurren a nuestro alrededor, cuya explicación se nos escapa; pero dentro de la naturaleza humana hay un impulso que conduce a encontrar una explicación satisfactoria de los mismos.
En una hipotética situación inicial (Fig.1) tenemos al ser humano preguntándose por la explicación de lo que ve, y sin herramientas para llevar a buen puerto tal empresa. Es evidente que tal situación derivó rápidamente a otra bastante más satisfactoria. En ausencia de mejores herramientas, el hombre imaginó que tras el plano real existía un mundo oculto, ordenador de la existencia. El observador no ve ese mundo, sino los efectos que produce sobre el mundo de la realidad. Los llamaremos el plano de lo real y el plano de lo oculto, el plano de los dioses o de las fuerzas sobrenaturales que ordena, crea y destruye la realidad. Ha nacido la mitología, con toda su fuerza explicativa. A nadie se le escapa que esta etapa no ha sido en absoluto abandonada, y que goza de excelente salud hoy en día, incluso en nuestro país. Sin embargo es muy fácil reconocer este esquema, que a nadie engaña.
Las explicaciones que siguen este patrón hablan de dioses, de designios inescrutables, de leyes ordenadoras de la existencia que parten del plano de lo divino, ordenador de la realidad. Mediante su acción, (Fig.2) las fuerzas ocultas intervienen en nuestra realidad. La naturaleza de dicha acción divina (flecha d en la figura) se explica mediante observaciones de la realidad; a menudo muy agudas, pero contaminadas culturalmente por dogmas socialmente consolidados respecto a la naturaleza del plano divino. Esta es la situación hasta los comienzos del pensamiento racionalista, que podemos situar en Asia menor y en la costa jónica con los primeros filósofos griegos. Conscientes de los graves perjuicios que a la búsqueda de la verdad acarreaba el esquema anterior, las mejores mentes del planeta fueron consolidando lo que hoy conocemos como el método científico (fig. 3). La metodología científica no contempla nada más allá del plano real, pero consciente de su complejidad, crea un plano más cercano a las posibilidades de análisis del observador; el plano de los modelos.
Existe una proyección desde la realidad R hasta el modelo M. Como toda proyección, es una simplificación que pretende captar lo esencial de la parcela de realidad que se quiere estudiar.
El quid de la cuestión está en el hecho de que los humanos podemos aprehender y estudiar el modelo perfectamente con el auxilio de la matemática, que se revela así como la herramienta básica para el estudio de los modelos, y por tanto para la investigación científica en general. Al establecer la proyección , queremos que el modelo se parezca a la realidad lo suficiente como para que las conclusiones que saquemos del comportamiento del modelo sean extrapolables al plano real, que es nuestro verdadero interés; y a la vez pretendemos que el modelo sea lo suficientemente sencillo como para ser abordable analíticamente. Este paso maravilloso es posible gracias a nuestra capacidad de experimentar y observar la realidad. La acción o del observador sobre el plano real es el que validará o invalidará el modelo. La existencia de esta realimentación es lo característico del método científico. Los modelos nacen con vocación de explicar los hechos observados, entran en crisis y son sustituidos por otros mejores cuando sea posible. Según este esquema, una teoría científica es una creación humana de un modelo para explicar una parcela de realidad, y no es verdadera ni falsa: es útil o no lo es. El plano real es en última instancia quien valida y invalida los modelos, que sólo existen porque la realidad externa nos queda demasiado grande y lejana. El magnífico éxito de este esquema ha proporcionado un prestigio enorme al método científico, dados los progresos en la comprensión del universo obtenidos. El presente artículo trata de mostrar que las paraciencias son una perversión del esquema anterior.
Es más, defenderé que el esquema de la figura 4 define el concepto de paraciencia, a la vez que explica la metodología corrupta que utiliza, robada del quehacer científico para adueñarse de su prestigio ante públicos poco avisados. Al igual que el método científico, tiene un plano de trabajo más cercano al observador que la propia realidad, pero en este caso dicho plano es el objetivo. Nos se trata de estudiar la realidad, sino de forzar a la misma a adecuarse a dicho plano, que llamaremos plano de las explicaciones a priori . Toda paraciencia trata de preservar sus hipótesis apriorísticas, que son hipótesis no falsables, y por lo tanto no científicas. Para ello, en lugar de existir una proyección de la realidad hacia el modelo, como en el caso científico, existe una retroproyección en dirección contraria, desde las supuestas verdades que queremos preservar hacia la realidad. Así pues, existe una visión deformada de la realidad, coherente con la asunción de los postulados arbitrarios que hay que preservar a toda costa. Este esquema es doblemente perverso, pues además de funcionar al revés, es capaz de usar el lenguaje de la ciencia en su desarrollo. Esto es así porque permite observaciones de la realidad, como en el caso científico, pero sólo si mantienen incólume el conjunto de presuposiciones . Dichas observaciones de lo real pasan por un filtro, de forma que sólo las observaciones que validan las explicaciones a priori son tenidas en cuenta.
De esta manera, la crítica desaparece y el "modelo" se perpetúa, pero la paraciencia se viste de lenguaje científico, pudiendo emplear tendenciosamente cuantas herramientas provengan de la ciencia para revalidar su hipótesis inicial. En el caso del llamado creacionismo científico se ven perfectamente las componentes del esquema. La información a preservar a costa de lo que sea es la creación del hombre por Dios. Este es el punto de partida y de llegada. Todo el registro fósil se ve en consecuencia, y se interpreta de forma que sea consistente con el punto inicial. Las observaciones son filtradas, de forma que siempre favorezcan la hipótesis, pero existen observaciones, lenguaje robado del mundo de la biología y la paleontología, y un aspecto exterior cientifista.
La naturaleza del filtro paranormal no es unívoca, sino cambiante y múltiple. A veces se trata de burdas maniobras de engaño, otras veces la práctica con este tipo de actuaciones hace que el autor del trabajo sea inconsciente de su existencia y no sea un engañador consciente. En muchas ocasiones basta un tratamiento estadístico no correcto de la información recopilada, o incluso una recolección sesgada de la misma. Es perfectamente posible aparentar el rigor, la nomenclatura y las formas del quehacer científico, pero la existencia de este esquema perverso con el plano de las explicaciones a priori a preservar a toda costa, y de la retroproyección del mismo hacia la realidad constituye la "marca de la casa" de los amigos de la paranormal.
Comprender cómo actúa la paraciencia es requisito sine qua non para batallar contra ella, y lo que es más importante: para explicar al oyente menos avisado por dónde vienen los tiros.
LAS PARACIENCIAS COMO PERVERSION METODOLOGICA
Hay veces que uno se encuentra con un artículo, una explicación o un documento paranormal, y capta al vuelo lo falaz de su contenido. Puede ser que el tema tratado no pertenezca a nuestra esfera de conocimiento, pero "sabemos" que nos están contando un cuento. Evidentemente, si el artículo está publicado en Año Cero o Más Allá, la cuestión no tiene mucho mérito, pero muchas veces lo encontramos en nuestro diario, o incluso en una revista de divulgación científica. Las paraciencias son ubicuas, como bien sabemos.
A la gente de la calle le resulta a veces muy difícil detectar la falta de rigor científico en ciertas aseveraciones, y ciertamente la culpa no es suya. Es una de las asignaturas pendientes de los medios de divulgación, asignatura que suspenden repetidamente, dado el nivel de irracionalidad imperante en nuestra sociedad.
¿Porqué es esto así? ¿Porqué es tan difícil defender la razón y tan fácil propagar la superstición? Básicamente la respuesta la sabemos todos: quienes hablan de ciencia y racionalidad no suelen hacer trampas y los otros sí. Ha sido perfectamente explicado en muchas ocasiones, y no es cuestión de insistir en este aspecto.
En lo que sigue intentaré describir es otra de las características paranormales, a nivel algo más escondido: la metodología corrupta que utiliza. Corrupta por tomar el método científico y volverlo del revés para su propio beneficio.
Explicar cuestiones científicas al público en general no es sencillo. Además, la ciencia es difícil, y la paraciencia fácil. Pero explicar cómo funciona la ciencia es bastante más sencillo que explicar ciencia pura y dura, y éste es un conocimiento muy provechoso de poseer. Explicar qué marcas, qué estructura profunda subsiste en el fondo de los argumentos paranormales en contraposición a los que existen en el genuino quehacer científico nos puede servir para ayudar a otros a detectar a tiempo las falacias y las mentiras de la sinrazón paranormal.
No existe un "método paracientífico" para contraponer al científico, pero existen unas pautas que se repiten en los documentos paranormales una y otra vez, cuestiones de estilo aparte.
En un primer e ingenuo vistazo, tanto la ciencia como la paraciencia intentan explicar la realidad. La realidad externa es suficientemente compleja como para dejarnos anonadados. Somos testigos de multitud de fenómenos y procesos que ocurren a nuestro alrededor, cuya explicación se nos escapa; pero dentro de la naturaleza humana hay un impulso que conduce a encontrar una explicación satisfactoria de los mismos.
En una hipotética situación inicial (Fig.1) tenemos al ser humano preguntándose por la explicación de lo que ve, y sin herramientas para llevar a buen puerto tal empresa. Es evidente que tal situación derivó rápidamente a otra bastante más satisfactoria. En ausencia de mejores herramientas, el hombre imaginó que tras el plano real existía un mundo oculto, ordenador de la existencia. El observador no ve ese mundo, sino los efectos que produce sobre el mundo de la realidad. Los llamaremos el plano de lo real y el plano de lo oculto, el plano de los dioses o de las fuerzas sobrenaturales que ordena, crea y destruye la realidad. Ha nacido la mitología, con toda su fuerza explicativa. A nadie se le escapa que esta etapa no ha sido en absoluto abandonada, y que goza de excelente salud hoy en día, incluso en nuestro país. Sin embargo es muy fácil reconocer este esquema, que a nadie engaña.
Las explicaciones que siguen este patrón hablan de dioses, de designios inescrutables, de leyes ordenadoras de la existencia que parten del plano de lo divino, ordenador de la realidad. Mediante su acción, (Fig.2) las fuerzas ocultas intervienen en nuestra realidad. La naturaleza de dicha acción divina (flecha d en la figura) se explica mediante observaciones de la realidad; a menudo muy agudas, pero contaminadas culturalmente por dogmas socialmente consolidados respecto a la naturaleza del plano divino. Esta es la situación hasta los comienzos del pensamiento racionalista, que podemos situar en Asia menor y en la costa jónica con los primeros filósofos griegos. Conscientes de los graves perjuicios que a la búsqueda de la verdad acarreaba el esquema anterior, las mejores mentes del planeta fueron consolidando lo que hoy conocemos como el método científico (fig. 3). La metodología científica no contempla nada más allá del plano real, pero consciente de su complejidad, crea un plano más cercano a las posibilidades de análisis del observador; el plano de los modelos.
Existe una proyección desde la realidad R hasta el modelo M. Como toda proyección, es una simplificación que pretende captar lo esencial de la parcela de realidad que se quiere estudiar.
El quid de la cuestión está en el hecho de que los humanos podemos aprehender y estudiar el modelo perfectamente con el auxilio de la matemática, que se revela así como la herramienta básica para el estudio de los modelos, y por tanto para la investigación científica en general. Al establecer la proyección , queremos que el modelo se parezca a la realidad lo suficiente como para que las conclusiones que saquemos del comportamiento del modelo sean extrapolables al plano real, que es nuestro verdadero interés; y a la vez pretendemos que el modelo sea lo suficientemente sencillo como para ser abordable analíticamente. Este paso maravilloso es posible gracias a nuestra capacidad de experimentar y observar la realidad. La acción o del observador sobre el plano real es el que validará o invalidará el modelo. La existencia de esta realimentación es lo característico del método científico. Los modelos nacen con vocación de explicar los hechos observados, entran en crisis y son sustituidos por otros mejores cuando sea posible. Según este esquema, una teoría científica es una creación humana de un modelo para explicar una parcela de realidad, y no es verdadera ni falsa: es útil o no lo es. El plano real es en última instancia quien valida y invalida los modelos, que sólo existen porque la realidad externa nos queda demasiado grande y lejana. El magnífico éxito de este esquema ha proporcionado un prestigio enorme al método científico, dados los progresos en la comprensión del universo obtenidos. El presente artículo trata de mostrar que las paraciencias son una perversión del esquema anterior.
Es más, defenderé que el esquema de la figura 4 define el concepto de paraciencia, a la vez que explica la metodología corrupta que utiliza, robada del quehacer científico para adueñarse de su prestigio ante públicos poco avisados. Al igual que el método científico, tiene un plano de trabajo más cercano al observador que la propia realidad, pero en este caso dicho plano es el objetivo. Nos se trata de estudiar la realidad, sino de forzar a la misma a adecuarse a dicho plano, que llamaremos plano de las explicaciones a priori . Toda paraciencia trata de preservar sus hipótesis apriorísticas, que son hipótesis no falsables, y por lo tanto no científicas. Para ello, en lugar de existir una proyección de la realidad hacia el modelo, como en el caso científico, existe una retroproyección en dirección contraria, desde las supuestas verdades que queremos preservar hacia la realidad. Así pues, existe una visión deformada de la realidad, coherente con la asunción de los postulados arbitrarios que hay que preservar a toda costa. Este esquema es doblemente perverso, pues además de funcionar al revés, es capaz de usar el lenguaje de la ciencia en su desarrollo. Esto es así porque permite observaciones de la realidad, como en el caso científico, pero sólo si mantienen incólume el conjunto de presuposiciones . Dichas observaciones de lo real pasan por un filtro, de forma que sólo las observaciones que validan las explicaciones a priori son tenidas en cuenta.
De esta manera, la crítica desaparece y el "modelo" se perpetúa, pero la paraciencia se viste de lenguaje científico, pudiendo emplear tendenciosamente cuantas herramientas provengan de la ciencia para revalidar su hipótesis inicial. En el caso del llamado creacionismo científico se ven perfectamente las componentes del esquema. La información a preservar a costa de lo que sea es la creación del hombre por Dios. Este es el punto de partida y de llegada. Todo el registro fósil se ve en consecuencia, y se interpreta de forma que sea consistente con el punto inicial. Las observaciones son filtradas, de forma que siempre favorezcan la hipótesis, pero existen observaciones, lenguaje robado del mundo de la biología y la paleontología, y un aspecto exterior cientifista.
La naturaleza del filtro paranormal no es unívoca, sino cambiante y múltiple. A veces se trata de burdas maniobras de engaño, otras veces la práctica con este tipo de actuaciones hace que el autor del trabajo sea inconsciente de su existencia y no sea un engañador consciente. En muchas ocasiones basta un tratamiento estadístico no correcto de la información recopilada, o incluso una recolección sesgada de la misma. Es perfectamente posible aparentar el rigor, la nomenclatura y las formas del quehacer científico, pero la existencia de este esquema perverso con el plano de las explicaciones a priori a preservar a toda costa, y de la retroproyección del mismo hacia la realidad constituye la "marca de la casa" de los amigos de la paranormal.
Comprender cómo actúa la paraciencia es requisito sine qua non para batallar contra ella, y lo que es más importante: para explicar al oyente menos avisado por dónde vienen los tiros.
10 comentarios
karla silva -
Jordan 11 -
maracuya -
weo -
weo -
Dices:
"Nos (sic) se trata de estudiar la realidad, sino de forzar a la misma a adecuarse a dicho plano, que llamaremos plano de las explicaciones a priori . Toda paraciencia trata de preservar sus hipótesis apriorísticas, que son hipótesis no falsables, y por lo tanto no científicas."
Pregunto yo, la idea de que todo es producto "del azar y la necesidad", o como quieras llamar a una idea opuesta al ID,no es la idea apriorística de la investigación actual?
Esta hipótesis es falseable, y por lo tanto "científica"?
Como nos dariamos cuenta que esa hipótesis es falsa?
......................
En realidad, aunque apareciera un creador (o Creador), diciendonos que él creo absolutamente todo ( o por lo menos ajustó todos los parámetros iniciales para que el Universo fuera tal cual és), y aunque lo hiciera de nuevo frente a nuestros ojos, siempre podriamos decirle "OK, puedes hacerlo, pero que prueba tenemos que fuistes tú quien creó el nuestro, eh?"
Adrian -
jasp -
Una vez dentro me he dado cuenta de la gran bitácora que estaba leyendo.
Enhorabuena y un saludo. ü~~
[Quique] -
dob -
"...un tratamiento estadístico no correcto de la información recopilada, o incluso una recolección sesgada de la misma... " ¿Quién no conoce algún caso de investigador que se ha puesto las "gafas de no ver"? El caso paleontológico descrito por SJ Gould en The beautiful life puede servir de ejemplo.
Si el paradigma se vuelve demasiado amado, es fácil que por defenderlo a capa y espada acabe uno *repitiendo* experimentos y enfoques que simplemente confirman lo ya conocido. Pasa en las artes (academicismo), ¿por qué no iba a pasar en las ciencias?
Ctugha -
Te ha quedado bastante claro lo de las paraciencias y la importancia del modelo como pilar de la ciencia. Si es que no hay nada mejor que un modelo al que poder dar una pedrada :o