El proyecto Iván (1)
Este post lo quería escribir desde hace tiempo. Sin embargo, siempre lo posponía por otros temas más matemáticos, más en sintonía con el motivo principal de este blog. Sin embargo como sabrán, el pensamiento crítico y la lucha contra las pseudociencias es la segunda razón de ser de este sitio, y ayer mientras leía en periódico decidí que esta historia la tenía que contar.
Ayer leía en la última página del periódico que la policía había detenido en Barcelona a una pitonisa que se quedaba con las joyas de sus clientes para limpiarlas bajo la excusa de que debía quitarles el mal de ojo. Ivana se hacía llamar la bruja.
Cuando eso ocurre en la España del siglo XXI no tengo más remedio de decir que se jodan, por gilipollas.
Sin embargo el nombre supuesto de la pitonisa y el trasfondo paranormal del asunto me hizo rememorar una vez más uno de los episodios más queridos de mi adolescencia cuando, allá por navidades de 1.979, con diecinueve años formé parte de lo que luego se conoció como el Proyecto Iván . Sirva este post y los que seguirán para rememorar aquella hazaña, y sirva de humilde homenaje hacia la persona que me enseñó qué es buena ciencia y qué no lo es, qué es el método científico y qué es una paparrucha. Esta persona es Félix Ares de Blas, actual director del Kutxaespacio de la Ciencia y presidente de ARP Sociedad para el avance del pensamiento crítico, pero no adelantemos acontecimientos.
Desde unos pocos años antes, cuando yo tenía unos quince o dieciséis, estaba el fenómeno OVNI en pleno apogeo. En Italia había un grupo que se llamaba Fraternidad cósmica , y un tal Eugenio Siracusa inauguraba en Europa la larga procesión de contactados que luego han ido sucediéndose. Los adolescentes se agrupaban en asociaciones paracientíficas, de las que había docenas en España. Otros grupos lo hacían en torno a doctrinas orientalistas de corte más místico, pero curiosamente todo estaba mezclado. No era inhabitual que un experto en OVNIs lo fuera también en ocultismo, en alquimia o en parapsicología. Era una época de efervescencia y a mis ojos de dieciséis años, acrítico y entusiasta como era, parecía que estaba a punto de ocurrir algo muy importante para la humanidad y yo no me lo podía perder.
Armado con El retorno de los brujos de Pauwels y Bergier y otra docena de libros cuyos autores eran Kolosimo, Von Däniken, Charroux y un largo etcétera que nunca faltaban en la biblioteca de cualquier amante del misterio que se precie, fundé mi propio grupo de investigación paranormal. En un alarde de imaginación lo denominamos Centro de Estudios Paracientíficos C.E.P. . Ahí estábamos los miembros del CEP, investigando cualquier cosa que sonara a misteriosa. Acudíamos a congresos de astrología en Barcelona, asistimos al primer congreso de ufología celebrado en Barcelona e incluso intervenimos con una charla en el congreso que se celebró en Oporto pero para cuando fuimos a Oporto y conocimos en persona a gente como Antonio Rivera , padre espiritual de los ufólogos no científicos españoles nuestra forma de pensar había cambiado radicalmente.
Y esto ocurrió porque a tan sólo dieciocho kilómetros de nuestra sede vivía otro investigador que iba a volverme del revés con su visión de las cosas.
Nos habíamos entrevistado con un alquimista que estaba a punto de encontrar la piedra filosofal, con un experto psicofonista, con gente de un grupo llamado La senda del arco Iris, que en un pueblo de Navarra (Lizaso, creo recordar) habían fundado una comuna en fin: estábamos en la cresta de la ola paranormal. Me carteaba con media España, con grupúsculos de todo pelo, hermanos del nuestro con nombres tales como Instituto de Investigaciones exobiológicas IIEE , Grupo de Estudios de la Vida Extraterrestre (GEVE),CIOVE, y medio centenar más. Supongo que tras muchos de estos rimbombantes nombres se escondían cuadrillas de adolescentes como nosotros.
Pues bien, tal era el estado de las cosas cuando, contactamos con Félix Ares de Blas . No recuerdo cómo sucedió el asunto, seguramente nos enteramos que era una personalidad más en el mundo del fenómeno OVNI y le escribí una carta . No lo recuerdo exactamente.
El caso es que en breve habíamos hecho amistad con una persona extraordinaria. Nosotros que tan acostumbrados estábamos a oir hablar de maravillas sin cuento, que conocíamos complicadas palabras como teleplastia, xenoglosia y viajes psicoestereocronos, nos pasábamos las tardes de domingo en la casa de nuestro nuevo amigo y mentor, e íbamos comprobando que su rollo era diferente. Con paciencia y seguramente con cierta diversión por su parte, nos volvió del revés en un tiempo récord.
Donde antes oíamos hablar de contactados y de transmutaciones alquímicas, ahora oíamos hablar de contraste de hipótesis, del test de la chi cuadrado y del coeficiente de correlación de Pearson.
Tuvimos mucha suerte. Suerte seguramente inmerecida, pero el caso es que Félix nos abrió su casa durante meses mientras a nuestras espaldas se quedaba un mundo oscuro e incierto, lleno de fantasías infantiles y de engaños, quedando al descubierto algo totalmente diferente.
En aquellas condiciones se fraguó el Proyecto Iván , de querida memoria, y del cual les hablaré en próximos post.
Permítanme que me lo tome con calma y sea un poco exhaustivo, porque no sólo es una historia del tránsito de las tinieblas a la luz; es algo más: es mi historia y la de mis amigos de la infancia-adolescencia.
Espero que no les aburra demasiado.
17 comentarios
R. -
Un saludo.
R.
Ford Prefect -
Sí, yo también fui crédulo. Kolosimo, intragable.
Vaya, no sabía que habías conocido a Antonio Rivera.
Sigue, sigue...
jose -
Tio Petros -
Pero si hace exactamente lo contrario, si te va despojando de las credulidades vanas que tenías y a cambio te da unas pautas para ir descubriendo las cosas por ti mismo, entonces es como otra cosa, no crees.
Nosotros no nos diferenciamos en nada del resto. Es más, estoy dispuesto a admitir que con otra biografía (con menos suerte) podríamos engrosar la lista de crédulos. Ni ellos son peores ni nosotros mejores.
Elisa la Destrozalistas -
Fantástico comienzo, estoy deseando leer más. Pero oye, sólo una cosa: en tu parrafada he leído cosas como "...habíamos hecho amistad con una persona extraordinaria...", "...íbamos comprobando que su rollo era diferente. Con paciencia y seguramente con cierta diversión por su parte, nos volvió del revés en un tiempo récord..." Mmmmm...
Antes que se me adelante algún magufo, te lo pregunto yo: ¿qué te (nos) diferencia de una persona de la calle a la que capta una secta que le cambia radicalmente la forma de ver el mundo? Creo que hace falta una buena respuesta para eso, ¿no?
Cluje -
Por cierto, el conjunto vacío existe!!! Otra cosa es que nos pongamos de acuerdo sobre qué es existir...
Y hay algo que me llama la atención: por qué siempre aparecen los Jaguars en contextos no automovilísticos? Aquí en una pregunta ontológica, en la novela "Odessa" es el coche de un cazador de nazis, en Memento el del protagonista... Curioso.
Saludines
Cluje
Tio Petros -
Vailima -
-¡la tierra redonda!
jejejejejejeje
samu -
TioPetros -
Lola -
juan -
tiene usted un jaguar en su parking?
pues entonces el conjunto de jaguars que usted tiene es un conjunto vacio.
samu -
Ah y una cosa, todos somos credulos ¿o acaso alguna vez hemos visto un cojunto vacio, o ni siquiera imaginarlo?
Creer en el conjunto vacio, a mi entender, ya es darle la mano a la paranormalidad.
Klapaucius -
Klapaucius -
No soy en absoluto creyente, ni crédulo, ni soy escéptico militante, a cambio me divierto mucho leyendo las historietas de algunos impresentables que todos conocemos...
Lola Cárdenas Luque -
Akin -
Parece que a todos nos ha dado (y ahí me incluyo) por la fe del converso...